CAUSAS DE LA DISENTERÍA


La disentería es un trastorno intestinal bastante frecuente que suele provocar, entre otras cosas, fiebre, mialgia, astenia, diarrea, vómitos, cefalea y dolor abdominal. Esta enfermedad puede producirse por diversas razones, por lo que, a continuación, explicaremos cuáles son las causas de la disentería y qué se puede hacer para tratarlas.

Causas de la disentería

Como bien mencionábamos anteriormente, la disentería es una enfermedad que por lo general produce diarrea. A menudo, la infección es contraída debido a malos hábitos de higiene y una de las causas de la disentería más comunes es el no lavarse las manos adecuadamente luego de haber acudido al baño, especialmente a baños públicos.

Esta enfermedad se transmite de individuo a individuo y es muy usual que todos los miembros de la familia se contagien, prolongándose la infección por hasta 4 semanas.

Por otra parte, es posible contraer la disentería por el consumo de alimentos previamente contaminados. En aquellos países poco desarrollados en los que no existen condiciones de saneamiento adecuadas existen mayores probabilidades de contraer la enfermedad, debido a que los sistemas para el tratamiento del agua suelen estar contaminados por microbios que producen la infección. Por lo tanto, se aconseja evitar beber agua o hielo en determinados lugares sobre los que se tenga conocimiento de medidas de poca higiene.

Tratamiento para las causas de la disentería

Normalmente, la disentería suele desaparecer por sí sola y con el paso del tiempo, de modo que lo más importante es prevenir la deshidratación que puede ocasionar la diarrea y los vómitos frecuentes, bebiendo abundantes líquidos.

En los casos más delicados, puede que se requiera la hospitalización del paciente para restablecer las sales y los minerales perdidos por vía intravenosa.

En ocasiones, también pueden recetarse medicamentos antibióticos, especialmente si entre las causas de la disentería se encuentra una bacteria. De hecho, si la enfermedad se desarrolla en un núcleo familiar, pueden recetarse tales antibióticos como medida preventiva para frenar el contagio de la misma.

Por otra parte, si la causa es un parásito, el tratamiento puede consistir en medicamentos amebicidas para combatir al agente parasitario, e incluso pueden llegar a combinarse los amebicidas y los antibióticos como medida de tratamiento.