La disentería es una de las enfermedades gastrointestinales más comunes que se suele padecer, caracterizada por síntomas como diarreas acuosas, dolor abdominal y vómitos. Afortunadamente, existe una cura para este trastorno, de modo que, a continuación, hablaremos acerca de las diferentes medidas que pueden ser tomadas como parte del tratamiento de la disentería.
Tratamiento médico de la disentería
Si bien es cierto que esta enfermedad suele desaparecer sola con el paso del tiempo, acudir a consulta con un especialista es siempre recomendable, a los fines de evitar mayores complicaciones.
Básicamente, luego de una evaluación y diagnóstico pertinentes, el proveedor de la salud suele indicar ciertos medicamentos con acción amebicida en el lumen del intestino, como parte del tratamiento para la infección intestinal asintomática que se presenta en las regiones poco habituales, tal es el caso del furoato de diloxanida, la paramomicina y el iodoquinol.
Por otra parte, cuando el paciente presenta una infección causada por la bacteria Shigella, el tratamiento de la disentería implica la restitución del líquido perdido ante las frecuentes evacuaciones y los vómitos. Por ende, se lleva a cabo el procedimiento de rehidratación oral, que suele funcionar en la mayoría de los casos, aunque algunas veces se precisa de la hidratación intravenosa.
Sin el uso de antibióticos, el trastorno puede desaparecer entre unos 4-8 días, mientras que las reacciones más severas suelen extenderse hasta por 5 semanas.
Otros tratamientos para la disentería
Además de lo anterior, existen ciertos remedios caseros que pueden emplearse como tratamiento de la disentería, aunque estos deben ser utilizados con precaución y habiendo consultado antes a un especialista.
Uno de los remedios naturales más comunes es el agua de coco, la cual elimina al agente infeccioso, rehidrata al organismo y mejora la digestión.
Otra de las alternativas naturales para el tratamiento de esta enfermedad es la menta, la cual posee propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antimicrobianas que ayudan a refrescar el estómago y a aliviar los síntomas de la infección.
Sin embargo, frente a este trastorno gastrointestinal, lo mejor es consultar con un especialista antes de recurrir a la automedicación, a los fines de garantizar el correcto tratamiento de la disentería.